
Su construcción fue realizada por la comunidad franciscana, siguiendo las líneas neoclásicas y fue terminada en 1846 por lo que se considera una reliquia de la ciudad. Fue afectada por un violento incendio en 1983 y posteriormente reconstruida, conservando todas sus características.
Sus torres de ladrillo sirvieron de Faro a quienes llegaban al puerto, por cuanto era lo primero en avistarse.
Como una forma de continuar su labor, el R.P. Andres Caro legó en 1842 la Casa de Ejercicios (ubicada en el convento de San Francisco del Puerto), a la casa de Castro. Pronto se vio la necesidad de buscar un local más amplio, por lo que a partir de 1845, se recolectaron las limosnas para poder comprar los terrenos que pertenecían a doña Pastora Acevedo en el Cerro Barón. En 1851, se traslada la Casa de Ejercicios y se habilita la capilla, cuyos muros se conservan hasta hoy.
Con la adquisición de terrenos aledaños, de a poco se amplía el conjunto, llegando a ocupar toda la cuadra. A pesar de haberse construido un claustro que ya se utilizaba como habitación en 1863, la erección canónica del convento fue dificultosa por la cercanía al convento del Puerto, y la negativa de su guardián. Sin embargo, finalmente en 1877 se logró erigir el convento con el visto bueno de la Santa Sede.
Lo más característico del conjunto es el cuerpo de fachada y torre, que comenzó a construir en 1891 el arquitecto Eduardo Provasoli, quien edificó otras iglesias de la orden en Chile. Con sus 37 metros, es de cal y ladrillo sin armar, pero bellamente trabajado. Por años sirvió como faro a los navegantes y se dice que de ahí deriva el nombre de Pancho que se le da a Valparaíso. Sus campanas fueron bendecidas en 1893.
Lo más característico del conjunto es el cuerpo de fachada y torre, que comenzó a construir en 1891 el arquitecto Eduardo Provasoli, quien edificó otras iglesias de la orden en Chile. Con sus 37 metros, es de cal y ladrillo sin armar, pero bellamente trabajado. Por años sirvió como faro a los navegantes y se dice que de ahí deriva el nombre de Pancho que se le da a Valparaíso. Sus campanas fueron bendecidas en 1893.
A finales del siglo XIX, alrededor de la iglesia había 2 claustros de dos pisos pertenecientes al convento, la Casa de Ejercicios, una huerta con una capilla que se usaba de cementerio, y otros edificios menores.
En 1937, la Casa de Ejercicios fue cedida a la Escuela de Música de la Universidad Católica de Valparaíso, la que construyó el claustro que actualmente ocupa el Instituto de Matemáticas. Poco después, uno de los claustros del convento fue ocupado por la escuela Fray Luis Bertrand. Por otro lado, la huerta había sido vendida para construir la Población Ferroviaria. Entretanto, las tradicionales tejas de la iglesia, fueron reemplazadas por una cubierta de fierro galvanizado.
En 1937, la Casa de Ejercicios fue cedida a la Escuela de Música de la Universidad Católica de Valparaíso, la que construyó el claustro que actualmente ocupa el Instituto de Matemáticas. Poco después, uno de los claustros del convento fue ocupado por la escuela Fray Luis Bertrand. Por otro lado, la huerta había sido vendida para construir la Población Ferroviaria. Entretanto, las tradicionales tejas de la iglesia, fueron reemplazadas por una cubierta de fierro galvanizado.
A comienzos de 1983, un incendio destruyó el interior de la iglesia, pero se mantuvieron en pie la torre y los gruesos muros de adobe. También quedó al descubierto el interior de madera de las columnas de la nave. El mismo año se declaró al conjunto como Monumento Nacional y se iniciaron las obras de restauración. Éstas se facilitaron gracias al trabajo de investigación acerca de las iglesias porteñas que dirigió la arquitecto Myriam Waisberg en la Sede Valparaíso de la Facultad de Arte y Tecnología de la Universidad de Chile, en la década de 1970. Se contaba así, con una abundante cantidad de planos y fotografías, que permitieron preservar los atributos arquitectónicos originales. Durante la restauración, se demolió la iglesia del Cerro Merced, y sus retablos fueron donados a la Iglesia de San Francisco, donde se conservan hasta la actualidad.
En los años 2007 y 2008 un grupo de italianos llevó a cabo en Valparaíso el proyecto Marvasto con el fin de manejar los riesgos naturales en edificios patrimoniales de la ciudad. Se escanearon, entre otros edificios, la Iglesia San Francisco. El informe reveló el grave daño estructural de la torre, y la urgente necesidad de una completa restauración para evitar su derrumbe. Esto motivó el cierre temporal del acceso, manteniéndose el interior en uso. Cabe recordar que hace unos años, con ocasión de un fuerte sismo, ya se había cerrado por un tiempo la entrada principal al templo.
El terremoto del 27 de febrero del 2010 que derrumbó otros edificios porteños, acrecentó el daño estructural, pero la iglesia se mantiene en pie, en espera de una pronta restauración.
En los años 2007 y 2008 un grupo de italianos llevó a cabo en Valparaíso el proyecto Marvasto con el fin de manejar los riesgos naturales en edificios patrimoniales de la ciudad. Se escanearon, entre otros edificios, la Iglesia San Francisco. El informe reveló el grave daño estructural de la torre, y la urgente necesidad de una completa restauración para evitar su derrumbe. Esto motivó el cierre temporal del acceso, manteniéndose el interior en uso. Cabe recordar que hace unos años, con ocasión de un fuerte sismo, ya se había cerrado por un tiempo la entrada principal al templo.
El terremoto del 27 de febrero del 2010 que derrumbó otros edificios porteños, acrecentó el daño estructural, pero la iglesia se mantiene en pie, en espera de una pronta restauración.
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